Hola a todos. He creado este blog, con la intención de que exista un lugar en la red, abierto para compartir experiencias, proyectos e ideas. Me considero una persona jovial, amante de nuestro planeta, viajero, soñador y apasionado de nuestro entorno. Me gusta viajar, realizar deportes en contacto con nuestro medio natural, para disfrutar con familia y amigos de largas jornadas de entretenimiento. Todo para aprender. Quiero con esto invitar a que se acomoden en el diván de la tertulia, y comunicar aquello que os entusiasme y os ayude a soñar. A partir de aquí, tenemos mucho que hablar.

“La Tierra y el cielo, bosques y campos, lagos y ríos, las montañas y el
mar son excelentes escuelas que nos enseñan muchísimas cosas que no se pueden
aprender en los libros”.

John Lubbock


lunes, 14 de noviembre de 2016

BTT. Por la Vega de Granada.  Ruta del Salado. 

3 de octubre de 2016


Desde hace algún tiempo estamos llevando a cabo el proyecto de unir entre si todas las vías rupestres cercanas a nuestra ciudad con la vega de Granada, trazando así diferentes itinerarios para poder recorrerlos a pie o en bicicleta todo terreno. Con este proyecto aprovechamos también el trazado de estos circuitos para que sirvan de iniciación a futuros ciclistas ofreciendo rutas atractivas por sus paisajes, de poco desnivel y muy ligados a nuestra historia, lo que hacen también de estos itinerarios ser de un alto nivel cultural y etnográfico. Así pues, una de las rutas que vamos a incluir en este proyecto es la “Ruta del Salado”, denominada así por la cercanía de un camino poco transitado, el cual transcurre paralelamente al Arroyo del Salado, uno de los arroyos más desconocidos e históricos de la provincia de Granada que discurre entre los términos municipales de la Malahá y Santafé y Chauchina. La aridez del terreno y la alta salinidad de este río hacen tener un hábitat único, enmarcado en un paisaje tan impactante como misterioso.

 
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Para descargar esta ruta: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=15198055 

Actividad/Bicicleta Todo Terreno





Distancia recorrida: 38,12 kilómetros 
 Altitud min: 614 metros, max: 832 metros 
Desnivel acum. subiendo: 422 metros, bajando: 422 metros 
Grado de dificultad: Moderado 
Tiempo: 3 horas 46 minutos con paradas incluidas. 
 Fecha: 3de octubre de 2016 
Finaliza en el punto de partida: si, (circular) 
 Coordenadas: 927 
Recomendaciones: Se puede realizar todo el año pero en verano evitar las horas de más insolación.

   

 Vídeo editado por  El rincón del Viajero: https://www.youtube.com/watch?v=48zS6HpGxY0&feature=share


Para iniciar esta ruta lo hacemos desde la Gasolinera de REPSOL que se encuentra junto a la Rotonda de la Salida 127 de la A 92. Avenida de la Constitución – La Chana.


Desde la gasolinera cruzamos la vía tomando el Carril Bici proveniente de la ciudad de Granada dirigiéndonos hacia el Este. Pronto encontramos el primer cruce a la derecha que nos llevará a pasar por un túnel que cruza la A 92.


Tras cruzar el túnel debemos seguir por el Carril Bici de nuevo a la derecha hasta llegar a la ribera de Río Béiro el cual descenderemos hasta llegar a una rotonda junto a la Central Lechera PULEVA.


Desde la Central de PULEVA tomaremos un camino paralelo a la carretera asfaltada que nos llevará a la ribera del Rio Genil, donde un poco más adelante, río abajo, cruzaremos el rio Genil por un puente metálico que nos llevará directamente a la desembocadura del Río Dilar.


Tras remontar un poco el cauce del Rio Dilar lo cruzamos por un vado para seguir por el margen izquierdo de éste.


Un poco más adelante encontraremos un cartel indicando la primera de las vías Rupestres. Se Trata del Camino perteneciente a la Colada del Llano Llevas, un corto tramo que nos acercará a la localidad de Gabia Grande.


Entramos en Gabia por el Camino de Hijas, una pequeña pedanía de esta localidad donde existe un nuevo complejo residencial. Sin desviarnos hacia Hijas nos metemos en Gabia hacia el lugar donde se encuentra el Batipterio Romano de la Familia Toleo, donde se puede visitar y de paso poder estirar las piernas. Nada más dejar este lugar, encontramos un cruce. Debemos seguir hacia delante por una calle sin asfaltar que desemboca en el Complejo Deportivo de Gabia.


Tras dejar a nuestra izquierda el complejo deportivo seguimos adelante para meternos con cuidado por una calle en dirección prohibida que nos lleva hacia una acequia embovedada. Seguimos paralelamente al parque existente hasta una rotonda, de la cual tomaremos la segunda salida. Conectaremos con una calle principal que a la derecha nos sacará de Gabia por una nueva vía Pecuaria denominada Camino Real de Granada a Alhama.


Tomamos la vía pecuaria para continuar por ella en constante y suave ascenso entre olivares. El camino irá siempre paralelo a la carretera que se dirige al pueblo de la Malahá.


Pronto alcanzaremos la parte más alta del cerro conocido como el Pingurucho. Aquí tomaremos la carretera A – 338 en descenso con dirección a la localidad de la Malahá.


Al poco de descender por la carretera debemos estar atentos para desviarnos en el primer camino a la derecha, el cual nos llevará a un mirador donde se puede observar la vertiente del Río Salado, cuyo cauce parte de las Salinas de la Malahá adentrándose en un territorio casi desértico de extraordinaria belleza. Desde aquí también veremos la maraña de caminos que existen en la zona y que nos hacen intuir que pronto nos veremos metidos en un recorrido divertido y desconocido.

 El Arroyo del Salado 

 Desde siempre ha sido habitual que los recursos naturales fueran aprovechados por las distintas culturas que han poblado nuestros territorios, los cuales han ido construyendo los pueblos que existen en la actualidad.
En el caso de la Malahá, tiene su origen en el asentamiento griego conocido como Malka, donde lo sitúan concretamente en la Llanura del Temple, un territorio ubicado en el suroeste de la provincia de Granada, que limita al norte con la Vega de Granada, al este con el Valle de Lecrín y al sureste con la Tierra de Alhama. Es una zona de campiñas alomadas, en el extremo sur de la Depresión de Granada, ya en contacto con las primeras estribaciones de la Sierra de las Albuñuelas.

Esta campiña deriva del topónimo «Temple», la cual se remonta al siglo XI y que según el geógrafo andalusí Al-Udri cita al iqlim "QambQays" -perteneciente a la Cora de Elvira, derivando esta denominación hacia «Quempe», hasta llegar al Temple actual. Su nombre proviene de la contracción de Qamb -campus en latín- y Qays -antróponimo tribal de los Qaysíes, asentados en la Cora de Elvira, en el 741, bajo el mando de Balŷ-. Tradicionalmente El Temple ha estado ligado a Alhama de Granada e integrado por tanto en su ámbito de influencia comarcal. Un dato significativo es que los municipios están repartidos entre los partidos judiciales de Granada, Santa Fe y Loja, una vez desaparecido el Partido de Alhama.

Las localidades que se incluyen en esta comarca son: Agrón, Cacín, Chimeneas, Escúzar, Las Ventas de Huelma y la Malahá, esta última con especial relevancia histórica gracias a sus baños y la producción de sal, unos recursos naturales que han sabido aprovechar desde la llegada de los romanos 480 a. C., los cuales la llamaron Misarza, "valle templado o alivio de los dolientes", donde fundaron un balneario.
La Malahá viene del árabe al- mallaha, que significa "Alquería de la sal", gracias a la producción de sal heredada de los romanos y que los nazaríes llamaron Wadi Almallahi. Es precisamente en este lugar donde nace el Arroyo del Salado, gracias al abastecimiento de agua procedente de tres manantiales, dos de ellos subterráneos (las aguas salinas ascienden, a modo de surgencias, hasta la superficie terrestre), y posibilita su explotación mediante un proceso de evaporación en albercas.

En la actualidad aún sigue la producción de sal, el agua pasa a través de una conducción subterránea desde los manantiales hasta el depósito de forma mecánica y desde allí es elevada mediante un motor hasta los calentadores, donde se acumula el agua durante los meses de invierno y por decantación los sedimentos se depositan en el fondo, quedando el agua limpia para extraer a partir de ella las sales. A partir de aquí el cauce del Río Salado transcurre durante 20 Km hasta desembocar en el término municipal de Chauchina, localidad donde confluye con el Río Genil. Aunque no está considerado río, por su escaso caudal si puede tener esa calificación por su nominación histórica, ya que ha mantenido su fisionomía a través de los siglos como demuestran los restos prehistóricos encontrados de la época del Bronce Final y otros restos arqueológicos de distintas civilizaciones.

Se sabe que en este corto recorrido donde discurre el río, ha sido lugar clave para la ocupación de números individuos que desde el año 900 antes de Cristo, han poblado estos territorios, puesto que la sal de sus aguas y piedras eran fundamentales para la subsistencia de estos asentamientos humanos, dedicados sobre todo a la ganadería y el pastoreo. Estos pequeños núcleos poblados, situados junto al arroyo y las salinas, eran utilizados por los pastores para llevar el ganado desde los valles hasta los pastizales de Sierra Nevada, y utilizaban la línea salina como corredor de supervivencia para sus animales.

Su cauce transcurre entre tierras áridas, semidesérticas entre paredes de tierras arcillosas y cárcavas con una alta salinidad, lo que hace ser hábitat de diversos vegetales: juncos, tamariscos y especies alófitas, como pequeñas jaras, limonios con flores de hojas perforadas y Peganumarmala, conocida como la Ruda de Siria. En cuanto a la fauna, se puede encontrar algunas especies de anfibios y diversos reptiles, destacando el galápago leproso. También podemos encontrar en esta zona diversas especies de insectos como la Apteromantis aptera, una mantis sin alas conocida como la mantis de la Malahá y que se encuentra con seria amenaza de extinción.



Para continuar la ruta debemos volver sobre nuestros pasos sin alcanzar la carretera. Un poco antes de llegar a ésta encontraremos un carril a la izquierda con un considerable desnivel que en descenso nos llevará al fondo del barranco.


Tras cruzar el barranco siguiendo el camino a la derecha tomaremos el carril que se dirige al cauce del Arroyo del Salado. Es cuando nos veremos inmersos en un paisaje árido y azotado por el sol y el viento. Tan solo rompe la monotonía los olivos y almendros que quedan fuera de la ribera.


El cauce del río se pierde de nuestra vista cubierto por la vegetación de ribera. Compuesta por juncos, tamariscos y bosquetes de tarays, unos bosquetes autóctonos que crecen en los márgenes de los ríos. Es cuando nos metemos de lleno en el olivar que en ocasiones nos obligan a echar pie a tierra a consecuencia de quedar la tierra recién arada.


Cuando el camino se pierde, siempre hay que seguir el cauce del río entre el olivar o seguir por las rodadas que dejan el paso de los tractores y vehículos de labranza.


Durante el trayecto habrá cruces que nos harán dudar del camino a seguir. Siempre hay que llevar la dirección a Santa Fe que es la que lleva el río.


Llegamos a un punto donde el río nos muestra un paisaje donde se aprecian las paredes arcillosas con unas líneas que marcan los distintos niveles de agua que ha llevado el río durante las épocas de lluvia. Es aquí donde afloran las sales y minerales que busca el ganado para nutrirse.


Pronto el paisaje se abre y nos hace transitar por tierras de secano, donde se encuentran los cultivos de cereales.


Seguimos nuestra ruta hasta alcanzar una profunda zanja que nos impide seguir montados en nuestras bicis. Se trata del Barranco del Quemado proveniente de la depresión de los Llanos del Molino.


Alcanzamos un cruce de caminos que nos hacen dudar por donde debemos continuar. Se trata de la Colada del Llano de Llevas, una vía pecuaria que se dirige hasta el término municipal de Gabia.


Nosotros debemos seguir entre los olivares tomando la pista agrícola a la izquierda, siempre en dirección que lleva el río.


Tras pasar a media ladera entre olivos y alcanzar una zona más abierta que deja a tras el olivar debemos tomar el carril que se dirige a Santa Fé. Pronto daremos con la carretera asfaltada que proviene de las turberas y que se dirige entre caminos agrícolas a la localidad de Santa Fe.


Pronto a la derecha alcanzaremos un camino de tierra donde al comienzo de éste un cartel nos indicará que estamos en la Colada de las Galeras proveniente de Lachar.


Desde aquí continuaremos durante un buen trayecto entre olivares tomando dirección al este. Debemos ir atentos a trac del GPS para no desviarnos en los distintos cruces que nos encontraremos en el camino. Pasaremos por debajo de la nueva autovía que se encuentra en construcción, algo que rompe con la tónica que llevamos hasta ahora y que sin embargo será una referencia para no perder el camino.

Más tarde alcanzaremos una urbanización de chalet y desde aquí al Barrio del Ventorrillo perteneciente a la localidad de Vegas de Granada, el primer núcleo de población antes de entrar en la ciudad.


Tras cruzar el Ventorrillo, salimos de Vegas de Granada transitando por la antigua vía pecuaria hasta alcanzar Hijas, una pedanía perteneciente a Las Gabias que nos servirá de tránsito para alcanzar de nuevo Gabia Grande.


Tras pasar Gabia Grande en el cruce de Hijar, nos meteremos de nuevo por la Colada del Llano de Llevas hasta alcanzar el Río Dilar.


Dejamos a tras la Colada del Llano de Llevar rodando por la Ribera del Río Dilar hasta alcanzar la carretera de Cullar. Es aquí donde cambiamos de margen en el Río Dilar para que no se haga monótono el regreso.


En la desembocadura del río Dilar en el cauce del Río Genil, solo queda venir por el mismo camino por donde venimos y alcanzar la gasolinera de la Chana para finalizar la ruta.

 Para comer o tapear


Aprovechando la cercanía a la Malahá, aconsejo comer en el Restaurante Asador “Casa del Santo”, donde podéis encontrar una gran gama de platos tradicionales y muy buenas tapas para acompañar en el caso de que queráis tomaros unas cervezas.

Más información granembolao@gmail.com

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